4 de diciembre de 2012

GRACIAS RANCHOS


Año tras año, la localidad de Ranchos se destaca en la organización de carreras de rally, y esta vez no fue la excepción. Subiendo la apuesta hicieron la oferta para llevar a cabo el Gran Premio Coronación del Rally Mar y Sierras, a lo que los organizadores  de la categoría no dudaron, teniendo en cuenta la capacidad organizativa de esta ciudad.
Ranchos fue por más, proponiendo empezar la cita con un Súper Especial nocturno, el viernes. Mucho hubo que trabajar para llevar adelante esta idea, ya que hay muchas exigencias del gobierno provincial para autorizar este tipo de eventos, pero no fue una traba para los organizadores rancheros, que con gran capacidad organizativa llevaron adelante todos los requisitos para cumplir con la idea. Hicieron un excelente dibujo, utilizando un camino costanero, al que le añadieron sectores trazados con máquinas, inauguraron una nueva iluminación en la costa de la laguna, con luminarias acorde a las exigencias de la COPAM, y llevaron a cabo un evento que desde hace mucho tiempo no se hacía en territorio bonaerense, abrieron una fecha de rally con una Prueba Súper Especial nocturna, un éxito rotundo, tanto por la aceptación de los pilotos, como también por la excelente convocatoria de público, con miles de personas muy bien posicionadas en los lugares autorizados para que pudieran presenciar dicho espectáculo.


La categoría llegó con varios campeonatos definidos, la clase N4, en poder de Cristian Castelo, la A Light con el suarense Darío Pereyra coronado, la N2 y N1 en manos de los madariguenses Germán Manzo y Marcos Córdoba respectivamente. Las cuatro restantes divisionales definieron su monarca en tierras rancheras, lo que le aportaba un condimento aún mayor, teniendo en cuenta también que, como cada Gran Premio, la carrera tuvo mayor recorrido cronometrado.

El espectáculo se desarrolló  bajo un cielo totalmente despejado y sobre todo el domingo, con temperaturas altas, que en las primeras horas de la tarde superaron los treinta grados.

Ya en lo acontecido durante la carrera, luego de batallar todo el fin de semana con Rody Agulla, y a pesar de inconvenientes mecánicos que lo hicieron perder más de diez minutos, Juan Ignacio Pereyra se transformó en el campeón más joven del Rally Mar y Sierras al quedarse con la corona de la clase N4 Light, en una carrera que finalmente fue ganada por Agulla, que mostró un gran crecimiento sobre este tipo de vehículos y en tan solo tres carreras logró su primera victoria en un tracción integral.

En la clase N3 sucedió algo casi inédito, Fernando Paz, se había adjudicado virtualmente el título al bajar la rampa el último viernes, puesto que la categoría entrega puntos por participación, pero un error al saltearse un puesto de control horario, lo penó con la exclusión de la competencia,como marca el reglamento y de esa manera quedaron sin efecto los puntos logrados en la rampa y quedando toda la presión del lado del tandilense Pablo Cárcano, quien debía ganar las dos etapas y la general si pretendía quedarse con el título. Luego de una carrera agotadora Cárcano logró el objetivo, se llevó todos los puntos en juego y logró retener la corona en esta divisional, en la competencia su escolta fue Fernando Gangoni y en el certamen Fernando Paz.

La clase A tuvo un ganador indiscutible, Nunzio Vernaci, el ranchero con su hijo Francisco como navegante, logró ganar de punta a punta esta clase, con un trabajo excelente, que desató la conmovedora ovación del público en cada metro de la carrera, segundo fue el ascendente Matías Marquez, el pinamarense con mucha experiencia en la butaca derecha, pero con apenas cuatro carreras como piloto, protagonizó su mejor actuación del lado del volante escoltando a Vernaci en la clasificación de la clase más numerosa de la fecha, con 17 binomios en el orden de largada. Tercero, en otra gran actuación, a pesar de inconvenientes mecánicos durante la segunda etapa, y sumando otro podio, quedó el cordobés Daniel Rearte cerrando de muy buena manera su primera temporada en la categoría.

En esta divisional el representante de Pinamar Alejandro Zarate se quedó con una merecida corona, finalizando un año con mucha regularidad, lo que le permitió la conquista del campeonato.

La definición de campeonato más vibrante se dio en la clase promocional ZM, donde Leonardo Díaz y Manuel Sancho llegaban a esta última cita anual en ese orden, separados por apenas un punto. Una falla en el motor retrasó a Sancho durante el primer día y Díaz mantuvo una gran actuación que le permitió subir al liderazgo en la tercera prueba especial y sacando ventaja tramo a tramo terminar  la carrera con 20 segundos de diferencia sobre Julio Puricelli y llevarse el campeonato. De esta manera, Puricelli cerró el año con su mejor actuación en la categoría. Tercero quedó Sancho quien se llevó el sub-campeonato para General Madariaga.

En la Clase A light se definía el sub-campeonato y llegaban tres pilotos con posibilidades matemáticas de adjudicárselo. Finalmente y tras ser el ganador de la carrera, el tandilense Mario Martín fue quien se lo adjudicó, en una competencia que había sido dominada por Sebastian Mouso, pero una prueba antes del final, la rotura del motor truncó las chances del herense.

El Gran Premio Coronación fue ganado por Cristian Castelo que cerró una gran temporada, donde se consagró campeón de la clase mayor tres competencias antes de finalizar el certamen y subió al podio en ocho de las nueve fechas, segundo, en destacada actuación y haciendo su debut con un auto de tracción integral, fue Agustín Mondani, que tuvo una rápida adaptación y logró ganar varios parciales en esta nueva experiencia.

El ansiado campeonato absoluto fue para Germán Manzo. El madariaguense logró cerrar un año casi perfecto, con el campeonato anticipado logrado en la N2, seis triunfos, puesto que también se llevó el Coronación el último fin de semana y asistencia perfecta al podio en 2012. En la divisional lo escoltaron Martín Ibarra y Joaquín Calvo, cerrando un muy buen año para ambos.

Por quinta carrera consecutiva la clase N1 tuvo una definición a la décima y esta vez, el necochense  Mario Llinás fue el ganador, por tan solo 1.7 segundos sobre el marplatense Gonzalo Teruel y tercero fue Cesar Bilbao.

Nueve fechas pasaron en este año para el Mar y Sierras, donde se transitó por Necochea, Castelli, Ayacucho, en dos ocasiones General Madariaga, Maipú, Conesa, Azul y finalmente Ranchos.
El mejor año en lo deportivo para la categoría, que logró sostener el crecimiento, teniendo un parque fijo de máquinas y un promedio de de casi ochenta autos por carrera, ampliar sus horizontes y conocer nuevos destinos, fortalecer algunos puntos flojos de años anteriores, principal pedido de sus protagonistas, pero que paradójicamente en lo emocional fue muy triste, porque nos dejaron dos personas insustituibles dentro de esta familia del Mar y Sierras, Raúl Artiñano y Vicente “tano” Luppino, dos baluartes de este sostenido crecimiento, que seguramente desde alguna estrella seguirán guiando a nuestros dirigentes y trabajando, como lo hicieron en su vida terrenal, para que el crecimiento y la solidez de la categoría siga adelante.